Saturday, January 27, 2007

Me la pela, cosas de la edad

Ultimamente estoy experimentando en mis carnes una sensación extraña. Debe ser que la edad está haciendo mella, y aunque de aspecto exterior, como me han dicho ultimamente, estoy igual, algo se mueve aquí dentro.

Y es que hay cada vez más cosas que me la pelan.
No llega a ser intolerancia lo que siento. Estar en el medio, siempre que haya argumentos para ambos lados, es casi una obligación moral. Ser radical sólo se lo pueden permitir, le pese a quien le pese, la gente que se deja argumentos arbitrariamente a uno u otro lado.

Lo mío es más una especie de urticaria suavecita a la falta de tolerancia de los demás. Sobre todo con las manías ajenas.
Hay quien dirá que todo el mundo las tiene, pero eso es tanto como decir que siempre las discusiones son culpa de los dos. A veces lo son, pero muchas otras, la culpa es de uno, porque ese día estaba de mal humor.
A mí me pasa que cada vez me joden más las tonterías, manías e historias de la gente.

No tengo por qué ir a la última, ni ver la última película, ni escuchar al último grupo para ser una persona con la que se pueda hablar.

No pretendo ser nada, ni me creo nada porque me apetezca ver una película en inglés para practicar inglés, porque me parece una manera entretenida y fácil de hacerlo.

No pienso mal de la gente, ni creo que nadie me vaya a engañar cuando me para por la calle, o mi casera me pide dinero. Si me intentan timar ya haré algo al respecto, pero no quiero ir por la vida con la sensación de que todo el mundo es mi enemigo.

Si le doy dinero a alguien en la calle es porque considero que estoy en una mejor situación que él, que a mi no me supone nada y a él le viene bien. No es pena, si que sea débil ni ostias. A mi me va mejor que a él en cuanto a dinero, pues se lo doy, sea para lo que sea.

Si no quiero hablar con alguien, no hablo y punto. No necesito que desaparezca de la faz de la tierra, y que no esté a mi lado por nada del mundo, paso de él y punto.
Tampoco tengo por qué dejarle especialmente claro que no me cae bien. No tengo por qué hacer la convivencia de todos imposible por mis preferencias personales.

No tengo que vestir de una manera u otra para sentirme yo mismo. Me visto de la manera apropiada a cada momento. Si tengo que ir con traje o me parece que voy bien con traje, me lo pongo y punto. No pretendo ser nada ni nadie por hacerlo, simplemente me parece lo apropiado para esa situación.

No necesito llevar mis pantalones rotos para sentirme yo mismo, y si me los pongo es simplemente porque me gustan, no voy disfrazado de nada.

No me agrada quitarme el pendiente para currar, y me gustaría llevarlo, pero si me lo tengo que quitar no me quitan mi esencia. Es un adorno.

No me agrada que las empresas tengan como principal objetivo simplemente ganar dinero, pero trabajando en ellas se ganan experiencias y dinero para lo que desees hacer. Probablemente no sea el mejor sitio para trabajar según algunos de mis criterios, pero también saco algo para mi vida haciéndolo, así que no estoy siendo incoherente por hacerlo.

Si hago horas extra es porque creo que es mi responsabilidad sacar un trabajo que se me ha encomendado adelante. No soy un machaca, ni disfruto haciéndolo, ni es para hacer la pelota a nadie. Simplemente considero que tengo que sacar ese trabajo. En el caso de que me parezca injusto, no me guste, o me parezca demasiado, me iré cuando me apetezca.

No tengo por qué hacer un millón de cosas para ser interesante. Soy como soy, y si soy interesante o no, depende en todo caso del efecto en mí que causan esas experiencias, no en las experiencias mismas.

Enhorabuena al que se pueda permitir tener posturas políticas radicales en un aspecto u otro. Mi opinión es que todo se discute en el medio. No ser un radical no es quedarse en las medias tintas, es ser realista.

Estas son algunas de las cosas que ultimamente me empiezan a molestar de los demás. Básicamente están relacionadas a mi modo de ver con la tolerancia y el bienpensar, que es la base de la convivencia.

PD: Había escrito un post que comentaba al respecto de cierto tipo de persona, pero de momento no está suficientemente pulido.

Desde la tranquilidad (La caza del carnero salvaje)

Pues sí señores, para variar hoy os voy a escribir cómodamente parapetado detrás de una de esas mañanas en las que te alegras de estar vivo. Tampoco por nada especial, simplemente el sol luce (no una barbaridad, pero no estamos en tinieblas) y aunque hace un poco de fresquito me iré a dar una vuelta después.
Supongo que tomaré como excusa una vez más el último libro que me he leído para contar algo y a ver por donde va mi mente.
El libro de hoy, señoras y señores es "La caza del carnero salvaje", de Haruki Murakami, el mismo autor de Tokio Blues. Para los casposos (claramente tengo un problema con cierto tipo de persona, creo que después dedicaré un post a ellos, como algún rapero a los típicos "listillos modernos cazatendencias") no es un autor nada raro, sino todo lo contrario. Al parecer debe ser uno de los escritores japoneses más conocidos. Nada de extraño leerse un libro suyo, muy comercial.
En un pequeño resumen del autor que leo, tachan sus novelas de humorísticas y surrealistas. La verdad es que "Tokio Blues" no era tan surrealista. Tenía ciertos toques de humor, podríamos decir cínico. Al menos el tipo de humor que surge de la amargura.
Desde luego "La caza del carnero salvaje" se adapta plenamente a ese surrealismo y también a los toques de humor. El comienzo de la novela tiene muchos tintes policiacos. Una trama de investigación que no sabes a dónde puede llevar. Pero según avanza el libro, desde luego es el surrealismo el que se apodera del control. El humor no deja la novela en ningún momento.
Desde luego es un libro muy agradable de leer, pero que al menos a mí me deja una sensación extraña.
Siempre he tenido la eterna duda si un autor cuando escribe su obra, en los casos en los que se deja bastante a la imaginación del lector, claramente tiene una historia en la cabeza, y toda su trama es coherente con ella, o por el contrario el hilo no está guiado por ninguna interpretación concreta, y la apertura de un final responde a que realmente, ni siquiera en su concepción, existió una interpretación clara.
Esto, además de ser una divagación, viene a cuento de la sensación que comentaba me deja el libro. Se cree intuir una metáfora detrás de todos los elementos surrealistas que aparecen sobre todo al final del libro. En la contraportada (malditas contraportadas, nunca las leo hasta el final porque para mí joden el libro), se dice que precisamente esta metáfora es del poder absoluto, del liderazgo. Vagamente, se puede captar así (hablo por mí claro, seguro que entre vosotros se encuentran personas mucho más capaces que yo para captar estas sutilezas), pero en todo caso esta interpretación me deja un poco vacío.

En resumen, me parece un libro entretenidísimo, desde luego que merece la pena leer, y que en mi caso deja una sensación de no saber llegar al fondo real del mensaje que quiere transmitir. No ha de ser nada que se puede conceptualizar este mensaje. Más creo que es una sensación. Pero una sensación que en mi caso no ha llegado a traspasar las páginas para llegar a mí.

Os invito a que lo intentéis vosotros.

Friday, January 05, 2007

Asfixia

Hola de nuevo queridos lectores. Hace tanto tiempo que no escribo nada que me doy asco a mí mismo, no sé si por el hecho de no publicar o por no tener cosas que decir o saber cómo decirlas.
De hecho no sé cuánto tiempo tardará este post en ser leído por algo que no sea un robot de publicidad por la poca frecuencia de actualización, pero me jodo y basta.
El título del post es por el libro que me estoy leyendo. Supongo que muchos pensarán que me va y quizá tengan razón, pero como en el fondo no importa una mierda, igual que casi todas las cosas que ocurren, pues eso, que da igual.
El libro me está gustando mucho. Es del mismo autor que "El Club de la Lucha". Las mayúsculas las pongo porque me sale de la polla que para eso es mi post, aunque no sea correcto. El hecho de nombrar que es el autor de la novela en la que se inspiró la peli que tanto ha gustado, va dedicado a los mamones colecciona nombres, listas y conocimientos. Hay que hacerlo, para que sepan que lo sabes.
Como comento el libro es curiosón, curiosón. Es de un tipo de lo más cutrecillo que he leído ultimamente. Con un cierto parecido al prota de la conjura de los necios, pero con un estilo mucho más actual y bastante más molón en el fondo, a pesar de su empeño por autodestruirse y revolcarse en sus adicciones. Lo que más me gusta son las frases lapidarias, de las que quiero dejar constancia aquí con un ejemplo de lo más ilustrativo.
(A modo introductorio decir que el prota trabaja en un parque temático donde se lleva a rajatabla el respeto por parte de los empleados del atuendo y el comportamiento propios del siglo XVIII. Hay zonas temáticas, valga la redundancia, donde se hacen tareas tales como criar animales, ordeñarlos, elaborar herramientas y todo lo que se os ocurra. El corral está lleno de pollos lisiados, debido a que los niños no tienen mejor idea que agitar los huevos que están empollando las gallinas, dando como resultado pollos ciegos, cojos y con demás defectos)
Y ahora la frase:
"[...]
Además de deformar a los pobres pollos estos alumnos de cuarto se dedican a pasear por aquí sus microbios. No es un misterio que Denny siempre se esté sonando la nariz y tosiendo. Piojos, lombrices intestinales, clamiadiasis, tiña: en serio, estos niños de excursión son los jinetes en miniatura del apocalipsis.
[...]"


A los que les guste la frase les gustará el libro. A los que no, pues bueno... que se arriesguen a leerlo si quieren, no es muy largo.

Mi tristecilla vida, donde un viaje a Praga no se disfruta y saborea más de lo que dura en sí mismo y casi ni eso, los post son caros de conseguir. Ni de coña pongo un post del viaje, así que probablemente ponga uno por cada libro que me he leído ultimamente, a saber: Brooklyn Follies y Tokio Blues.
Los recomiendo los dos.

Igual con suerte mañana os escribe Victor Mancini a través de mis manos.
Un besote para todo el mundo y, cabrones, si me leeis, ponéis un post, coño.