Sunday, September 04, 2005

Mírame otra vez más

Voy camino de mi anterior vida otra vez.
Después de algún tiempo tratando de huir de mí mismo, me he dado cuenta de que lastimosamente, no me dejo, ni creo que me deje.
Me pesa la vida. Me pesa el futuro. No sé lo que hacer.

Estoy cansado de mis pensamientos, siempre tratando de lo mismo, las mismas vueltas, el mismo surco en mi ya no tan ágil cerebro, tantas veces recorrido.
A veces creo que eso son las arrugas, los mismos pensamientos tantas veces pensados.

Tengo resaca. Resaca de amor, resaca de ayer, resaca de vida. Cansancio de mí.

Quiero poder salir de mi existencia y el tren siempre me invita a pensar.
Pero esta vez no quiero, estoy cansado. Quiero que la vida me traiga algo nuevo y soy incapaz de despegarme de mi día a día.

Los árboles son verdes, pero ya no me dan esperanza. No hoy.
Me siento delgado, ayer no cené.
No tengo hambre y me recreo pensando que mal mirado podría tener todavía 18 años.
Y tener el futuro por delante, aún más de lo que lo tengo ahora.

Las miradas en el tren son contínuas.
Gente de todo tipo, levantan sus miradas de sus libros, de sus paisajes, de sus preocupaciones y alegrías y por un momento parecen accesibles a mis plegarias.
-¿Serás tú la persona que me salvará de esta espiral que no me conduce más que a mí mismo, reconcentrado y a la vez tan falso que me da naúseas?.-

Siempre me han gustado las chicas guapas.
-¿A quién no?-, me pregunto internamente.
Bueno, pues supongo que a mucha gente. En algún momento de mi existencia imaginé que una cara angelical llevaba consigo un alma a la altura. Pero supongo que no es siempre así.

Quiero hablar con alguien. Quiero tener a mi mejor amigo, o mejor, a una amiga, o mejor, a una desconocida. Sí, por qué no.
Quiero una desconocida a la que contar mi vida y de la que enamorarme. Y que sea tan diferente de mí y de toda mi vida que me dé una bofetada en la cara y haga que me despierte.
Que me diga, con mucha ternura lo que tengo que hacer. Y que me prometa que nunca cambiará, que siempre será la imagen que tendré de ella cuando la vea.

Es como en esa película, "Antes del amanecer".
Me apetece eso.
Me apetece una ciudad, una ilusión, un juguete y un chocolate. Quiero vivir una ciudad porque quiero llenarla de momentos especiales, como sólo los son lo que no puedes todavía ni imaginar.

Me pregunto una vez más si mi vida está inmersa en una monotonía y eso es un problema.
Me pregunto si es la monotonía lo que me molesta o es que quiero otra monotonía.

A veces me pregunto que coño hago en este mundo, o que coño hago en esta vida.
¿De verdad puedo cambiar algo de lo que no me gusta?. ¿O estoy irremediablemente atado a un camino que no sé por qué razón recorro?.

Hoy voy a probarlo. Voy a cambiar el guión.

Un largo vacío en mi cabeza.
¿Qué he de hacer?.
¿Debo dejar a mi novia, irme a algún lugar lejano donde nadie me conozca?.
¿Arreglará eso algo?.

¿Debo buscar un trabajo que me realice más?. ¿Acaso me va a realizar algo?.

Me doy naúseas otra vez así que decido ir a la cafetería del maldito tren.
A ver si me caigo a las vías por el camino y desaparecen todas mis dudas.

De crío, cuando tenía algún problema, algo que creía que algún día me podría hacer huir para siempre, siempre pensaba que me haría policía, o algo similar.
Tendría uno de esos trabajos que yo asociaba a cosas que nunca haría, pero que quizá podría estar bien hacer.

Era algo como decir, bueno, si de verdad quiero escapar de mi vida, antes que tirarme a las vía del tren ,lo que haré será vivir otra vida. Una que sé que nunca sería la mía.

Supongo que no es tan fácil.

De camino a la cafetería miro a mucha gente. Algunos me devuelven la mirada, pero no la mantengo, porque sé que mi cara no es agradable ahora mismo.
Veo varias chicas a las que contarles mi vida, pero mi paso no se detiene en ninguno de esos momentos. ¿Por qué habría de ser yo?.
¿Soy la única persona que quiere que alguien anónimo le quiera y le cuide y le diga que no va a pasar nada?. ¿Y que haga todo eso con una conversación agrabable, sobre lo que es la vida y lo mucho que nos la cambiaríamos mutuamente si decidiéramos pasar una noche visitando una cuidad juntos?.

No puede ser tan difícil, o quizá si. Supongo que una de las peores torturas de una persona depresiva es pensar que la solución a todos, o a los más graves de sus problemas está en que ocurra precisamente lo que nunca pasará, o es tan difícil, que es casi una condena.

Supongo que es más fácil culpar al mundo que a uno mismo.

Llego a la cafetería y deseo que haya una persona esperándome con bombín y un cuidadísimo bastón y me explique los misterios de la vida, que él, después de mucho viajar, tiene guardados debajo del sombrero.

Quiero que una chica con coletas se cruce en mi camino y después de guiñarme un ojo me coja y me lleve a uno de los baños del tren, que exquisítamente limpios, serán testigos mudos de su (la de la chica, claro) mejor experiencia sexual de toda la vida.

Llego y un camarero al que varios conocidos, entre ellos el revisor con más pelos en las orejas que en la cabeza, llaman Manolo me pregunta con una sonrisa qué quiero tomar.
Su sonrisa me reconforta, y agradezco que exista gente en el mundo con ganas de sonreir.

Lo agradezco porque yo sólo tengo ganas de llorar.

Compro algo de comer y vuelvo a mi sitio.
Ahora sólo quiero dormir. Dormir y desaparecer. Y deseo que al despertar todo esto haya sido suficiente.
Cambiar de trabajo, cambiar de cuidad. Dejar que todo se consuma a mi alrededor como si nada me importara, porque no me importa.
Porque ahora nada me importa. Y espero que todo esto sea por algo.
Porque si no me volveré loco, y creeré que no sé vivir y que no sé qué hacer en el mundo a no ser que alguien me explique cuál es el sentido de todo esto.

Cuál es el sentido de que me levante por las mañanas.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

No estas tan solo como crees, estoy a tu lado, escuchandote, dandote un abrazo, que tardas en sentir, solo el tiempo que pase hasta que me lo lees.

Uno de los sentidos de la vida es disfrutar de los momentos que pasas con las personas que quieres.Esos momentos que hacen que el tiempo vuele sin que te des cuenta y te sientas feliz.Feliz Como el abuelo que mirando a sus nietos sonrie al verlos, eso es lo que hace que muchas cosas tengas sentido.

3:46 PM  
Anonymous Anonymous said...

Como lo ha dicho este hombre Victor, no estas tan solo como crees, con el tiempo me he dado cuenta que todos alguna ves o continuamente (como es mi caso)vivimos rodeados de personas y de una vida rutinaria con la que de pronto quisiremos romper de tajo, pero son precisamente esas personas y esa rutina las que a la larga te dejan una enorme alegria y llenan tu vida

6:05 PM  

Post a Comment

<< Home