Wednesday, August 10, 2005

Como segundo "post" del día, ya que del primero no me siento muy orgulloso quiero compartir con vosotros una historieta que he recuperado de una de esas joyas que tiene mi hermano encima de la mesa.

Es por lo visto una de estas historias cortas pero agradables que tienen ese puntito por la idea original. Únicamente voy a reproducir el resumen.

Es la historia de un hombre, que tiene un defecto, o más bien un problema. Es incapaz de distinguirse a sí mismo en las fotos, no se reconoce.
Se siente perdido, no se identifica a sí mismo.
Sin embargo, se le ocurre una idea. Vestirá siempre de marrón y de esa manera podrá reconocerse a sí mismo en todas las fotos, o en cualquier sitio en el que se viera desde el exterior.

Un día el problema vuelve a aparecer cuando va a la piscina. Sin apenas ropa, ¿cómo va a poder reconocerse entre la multitud?.
Se le ocurre otra nueva idea. Se atará un lacito marrón a un dedo, de esta manera se podrá reconocer a sí mismo. En un momento del día, cuando está nadando, nuestro protagonista pierde el lacito. Se vuelve loco buscándolo, pero es incapaz de encontrarlo. Y sin él está perdido, se ha perdido a sí mismo.

Finalmente lo vé, accidentalmente en el dedo de otro nadador que inadvertidamente lo había cogido.
Desorientado y confuso nuestro protagonista se acerca al nadador y le inquiere preocupado:
-Sé quién es usted, ¿pero sabe usted quién soy yo?-

Da que pensar en hasta que punto identificamos las muestras externas con la personalidad de los individuos, muchas veces empezando por nosotros mismos.

Por lo visto la historia original es de un escritor argentino, premio para quien lo averigüe porque desde luego yo no lo sé, ;-).

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Qué historia más guapa. ¿Y es la personalidad un rasgo propio, inherente o es simplemente un montón de hábitos adquiridos voluntariamente o no (un montón de lacitos en los dedos, algunos puestos a posta y otros no)?
Respecto al anterior, estoy con Iván en que la mejor manera que tenemos los mortales de trascender es a través de un hijo (porque escribir un libro o hacer cosas importantes están al alcance de menos gente, y además es una trascendencia más cultural que REAL). ¿Qué opinas de la trascendencia que te daría ADOPTAR un hijo en lugar de tenerlo? tú lo educas, lo crías, lo quieres...etc. Pero NO es tuyo (tu sangre).
Me gustó tu reflexión de la cultura, como una sabiduría que se va depurando para hacernos más fácil la convivencia y facilitarnos las cosas. Ahora bien, quedaría discutir si efectivamente va mejorando o no con el paso del tiempo (mucha gente piensa que no) yo creo que sí, que ahora estamos mejor que nunca se ha estado.

8:01 AM  
Anonymous Anonymous said...

Cierto que la conclusión que pretendí sacar no es muy clara ni para mí. No eres la primera persona que me lo dice.
Pero la historia a mí sí que me gusta, como a Carlos.

Respecto a si la trascendencia, por supuesto estoy de acuerdo en que la mejor manera de trascender es dejar en los demás, gente que irá en el tiempo más allá que tú en el tiempo, tu marca. A veces me gusta verme como un abuelo al que citarán mis nietos cuando sean abuelos a su vez, y quizá alguno escriba un libro, o un amigo de aquel lo haga. Y en ese libro apareceré nombrado.

3:35 AM  

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